Mis lineas (6) +18

El agua corría sobre su piel, suave, acariciando su cuerpo, envolviéndola.

Relajada Amelia se dejo llevar por el agua, no había nada mejor que entregarse a los placeres de sentir en el agua en tu cuerpo.

Así, dejo su mente viajar, llegando a lo más hondo y recorriendo todo lo que había pasado en el día, pero se detuvo, no podía dejar de pensar en él, en esos ojos que atormentaba sus recuerdos, esas manos que la enloquecían, esos labios que le prometían un placer infinito…ç

Ese hombre, ese hombre tan misterioso que había llegado a su vida, no podía sacárselo de la cabeza, sus grandes ojos pardos, simplemente eran inolvidables, un regalo para su vista, que la envolvían como un remolino...

No sabía porque pensaba tanto en él, la volvía loca. Pensar que hace poco estaba sufriendo por un estúpido que le destrozo el corazón, no debería estar pensando tan pronto en otro hombre, pero… No podía evitarlo, quería a ese hombre, lo deseaba, tenía unas ganas inmensas de hacerlo su hombre, de ella ser su mujer, se podía imaginar entre sus brazos, se podía imaginar cómo se sentiría él entre sus piernas… grande y duro… moviéndose y llenándola, besándola, dándole todo de él…

Y el agua no ayudaba a mitigar esas sensaciones, lo quería, ahora, en este momento. Ese hombre… ese hombre no le hizo nada bien. Saliendo de su trance, dejo de pensar en él y se dio cuenta que era una estupidez estar pensando ese tipo de cosas de un hombre que apenas conocía y con el que seguro nunca estaría, su relación no podría pasar nunca a otra cosa. No debían.

Ella no era nada para él, y el no era nada para ella… o eso es lo que trataba de aparentar.

A pesar de saber que una relación entre ellos no podría ser, no podía evitar fantasear con él, pensar en su cuerpo, en esa piel morena que gritaba por ser tocada, esos ojos pardos que te envolvían y embrujaban como un espiral, esas manos fuertes, viriles, que prometían hacerte llegar al cielo, ¡aaaah! Pensar en él era exquisito, no podía imaginarse cómo sería estar con tremendo hombre.

Saliendo de la ducha, se envolvió en una toalla, sentía su cuerpo húmedo y a la vez caliente, la ducha no le había ayudado mucho, en vez de relajarse terminó totalmente perturbada, salió del baño y fue rápidamente a su habitación, se vistió y decidió que lo mejor sería salir y hacer algo que tuviera ocupada su mente, no quería pensar más en algo que era completamente imposible de ser.