No puedo resistirme. Incluso aunque yo no sea una gran fan de los extractos, tengo que compartir esta información de la Guía que saldrá el 7 de octubre. Allí están todas las nuevas entrevistas con todo el mundo, además de un relato sobre Z, Bella y Nalla, pero quise sacar esto también!
Otras noticias. OMG el primer borrador de Rehv está casi terminado! He estado missing porque un virus informático mató mi ordenador de Internet, pero he profundizado en Rehv y Ehlena ( un lugar muy agradable para estar aunque si, me he estado ruborizando!)
Espero que estéis todos bien!! MUUAH! J.R
In Memoriam
Lo que sigue a continuación es la última entrevista a Tohr y Wellsie juntos que se llevó a cabo durante un breve espacio de tiempo entre Amante Eterno y Amante Despierto. Lo que reproduzco debajo es en memoria de Wellsie y de su hijo no nato.
Diciembre en Caldwell, Nueva York, es un tiempo que te deja tirado. Los días oscurecen a las 4 de la tarde, la nieve comienza a amontonarse como si entrenara para las avalanchas en enero, el frío se filtra en los cimientos y en las paredes de las casas.
Es en los días previos a Acción de gracias cuando voy a la ciudad para hacer más entrevistas a los Hermanos. Como siempre Fritz me recoge en Albany y conduce en círculos durante 2 horas antes de ponerse en dirección a la mansión de la Hermandad.
El viaje de esta noche es aún mas largo, pero no porque él oculta más el camino, para mi pesar, escojo la primera tormenta de la estación para viajar. Mientras el mayordomo y yo continuamos, la nieve se estrella contra el parabrisas del Mercedes, pero el doggen no está preocupado y yo tampoco. En primer lugar el coche está construido como un tanque, en segundo lugar, asesorado por Fritz, Vishous ha puesto cadenas en las 4 ruedas. Estamos yendo por encima de la espesa capa de la carretera el único sedan entre camiones, quitanieves municipales y los SUVs. (todoterrenos).
Finalmente llegamos al complejo de la Hermandad y paramos frente al enorme castillo de piedra donde viven. Salí del coche, los copos de nieve me hacían cosquillas en la nariz y aterrizaban sobre mis pestañas, me encanta eso. Fritz y yo entramos juntos por el vestíbulo, un vestíbulo hermoso de un modo extravagante sólo verlo ya me hace entrar en calor. El doggen se precipita hacia mi como si estuviera en peligro de hipotermia trayéndome unas zapatillas para reemplazar mis botas, te para mi vientre y un echarpe de cachemira.
Me quité la ropa de abrigo y como si fuera una niña, envuelta y con un Earl Gray (té) me dirigí a las escaleras.
Wrath me está esperando en su estudio…
(Editado)
… En este punto, dejé el estudio de Wrath y bajé al vestíbulo donde Fritz me esperaba con mi abrigo y las botas de nieve. Tohr es mi siguiente entrevista y el mayordomo iba a llevarme a su casa puesto que, evidentemente, esta noche está fuera de servicio.
Me meto de nuevo en mis botas de nieve y regreso al Mercedes. Subió el panel divisorio y charlo con Fritz usando el intercomunicador que une la parte de delante y la trasera del coche. El viaje es de 20 minutos aproximadamente y hombre, el Mercedes se mantiene estable sobre la nieve.
Cuando paramos, me figuro que estamos en casa de Tohr me quito el cinturón de seguridad. Fritz abre la puerta y veo que la moderna casa baja en la que viven el Hermano, Wellsie y John Matthew parece increíblemente acogedora en la nieve. En el tejado 2 chimeneas humean suavemente delante de cada una de las ventanas la luz amarilla se condensa sobre la gruesa capa blanca. En su viaje desde las nubes hasta el suelo los copos golpean en las ventanas de la sala de estar se iluminan por un breve espacio de tiempo antes de reunirse con sus hermanos acumulados en el suelo.
Wellsie abrió la puerta de atrás y me hizo señas. Fritz me escoltó, hizo una reverencia ante Wellsie y regresó al Mercedes. Como el coche se dirigía a la salida, Wellsie cerró la puerta contra del viento.
J R: Que tormenta, huh?
Wellsie: Dios, si. Dame el abrigo. Vamos
Me desarropo de nuevo, pero esta vez estoy distraída con el aroma que procede de la cocina tanto que no me doy cuenta de cuando desparece mi abrigo.
J R: ¿Qué es eso? (inhalo) Mmmm…
Wellsie: (colgando el abrigo y dejando un par de mocasines L.L Bean a mis pies en lugar de mis botas)
J R: (Me quito las botas y pongo los pies dentro de…ahhh que bendición… zapatillas de suave lana de cordero) ¿Huele a jengibre?
Wellsie: ¿Estás suficientemente bien con un jersey? ¿Necesitas algo más? ¿No?. De acuerdo. Sólo dame una voz si cambias de opinión. (Entrando primera en la cocina, mira el horno). Esto es para John.
J R: (Siguiéndola) ¿Está el en casa? ¿Se han cancelado las clases de esta noche por la tormenta?
Wellsie: (Levantando la tapa de la olla) Si, pero el no habría podido ir de ninguna manera. Déjame que termine esto será rápido y después iremos a ver a Tohr.
J R: ¿Está bien John?
Wellsie: Lo estará. Toma asiento. ¿Quieres un te?
J R: Estoy bien, gracias.
La cocina es de granito color cereza con 2 brillantes hornos, tiene 6 fuegos arriba u un refrigerador SunZero panelado como los armarios. Al lado de la vitrina, hay una mesa de hierro y cristal, me siento en la silla más cercana al horno.
Wellsie tiene el pelo recogido esta noche y mientras remueve el arroz en la olla, parece una supermodelo en una revista de anuncios para cocinas de lujo. Por debajo de su suelto jersey de cuello alto su vientre es un poco más grande que la última vez que la ví y mantiene su mano allí frotando suavemente. Brilla de salud. Absolutamente radiante.
Wellsie: Mira, hay una cosa con los vampiros. Nosotros no podemos contraer virus humanos, pero tenemos los nuestros propios. Todos lo alumnos pueden ir a casa con sus padres y hermanos en esta época del año al igual que los humanos, y como en los colegios humanos los niños intercambian bichos. John vino anoche con dolor de garganta y se despertó esta tarde con fiebre (sacude la cabeza) John es… un niño especial. Verdaderamente especial y adoro tenerlo en casa conmigo, sólo que, esta noche, desearía que fuera por una razón diferente (me mira) ya sabes, es tan raro. He estado haciendo las cosas por mi misma durante tanto tiempo… no puedes vincularte con un Hermano y no ser realmente independiente. Pero desde que John empezó a vivir aquí, la casa está vacía si el no está alrededor. No puedo esperar para verle en el tiempo que esta en el centro de entrenamiento.
J R: Puedo entenderlo
Wellsie: (acariciándose el vientre de nuevo) John dice que está muy emocionado con la llegada del pequeño, quiere ayudar. Supongo que en el orfanato en el que estuvo le gustaba cuidar a los .pequeños.
J R: Tengo que decirte que se te ve genial.
Wellsie: (pone los ojos en blanco) Eres muy amable, pero estoy grande como una casa. No tengo ni idea de cómo voy a estar después de que venga el pequeño. Sin embargo… todo está bien. El pequeño se mueve todo el tiempo y me siento fuerte. Mi madre… ella lo hizo así con sus niños. Ella tubo tres ¿Puedes creerlo?. Tres! Y eso fue antes de la medicina moderna para mi hermana y mi hermano. Por tanto, creo que voy a ser como ella. Mi hermana lo hizo bien. (míra hacia abajo, hacia la olla). Esto es lo que le recuerdo a Tohr cuando se despierta en mitad del día. (se apaga el horno y coge una cuchara para servir del cajón). Espero que John se lo coma esta vez, ha estado un poco raro con la comida.
J R: Hey, ¿Qué piensas sobre la vinculación de Rhage?
Wellsie: (pone arroz en un cuenco) Oh Dios mío!! Me encanta Mary!!. Creo que todo el asunto es genial. Aunque Tohr estaba preparado para matar a Hollywood. La verdad es que Rhage no está acostumbrado a seguir órdenes, pero demonios!. Casi ninguno lo hace. Los Hermanos son como 6 leones no se les puede manejar fácilmente. El trabajo de Tohr es intentar mantenerlos unidos, es duro, sobretodo siendo Zsadist como es.
J R: Wrath dice que está un poco desiquilibrado.
Wellsie: (sacude la cabeza y va hasta el frigorífico) Bella… rezo por ella. Rezo todos los días.¿Te das cuenta de que hace 6 semanas? 6 semanas!! (vuelve con un tuper y lo pone en el microondas). No quiero ni pensar lo que esos lessers…(se aclara la garganta, apreta el botón y se oyen los bips sonando) Bien, lo que sea. Tohr ya no intenta siquiera meter algo de sentido común en Zl. Nadie lo hace. Es como… si algo se hubiera estropeado dentro de él con el rapto. De algún modo sé que va a terminar mal, pero quisiera que Z encontrara su cuerpo. De otra manera no podremos pasar página y estará completamente loco para año nuevo. Será muchísimo mas peligroso de lo que ya lo es. (el microondas se para y los bips ya no se escuchan).
J R: ¿No te parece, no estoy segura de la palabra, digamos alucinante lo mucho que se preocupa por ella?.
Wellsie: (pone salsa de jengibre en el arroz y el tuper en el lavavajillas saca una cuchara y una servilleta) Absolutamente alucinante. Al principio me dio esperanza, ya sabes, que se preocupara tanto por alguien, por algo. Ahora estoy incluso más preocupada. No creo que esto vaya a acabar bien, para nada. Ven, vamos a la habitación de John.
Sigo a Wellsie fuera de la cocina y atravesamos el cuarto de estar que está decorado con una mezcla de detalles arquitectónicos modernos, muebles antiguos y arte. En el lugar más alejado dentro de la zona de habitaciones. La de John es la última antes del dormitorio principal situado en el lado izquierdo de la casa. Al acercarnos escucho…
J R: ¿Eso es…?
Wellsie: Si, el maratón de Gozilla. (abre la puerta y dice bajito) Hey, ¿Cómo va?
La habitación de John esta pintada de color azul marino y el escritorio, el cabecero de la cama y el pupitre, tienen un aire a lo Frank Lloyd Wright (un arquitecto), todo de madera lustrosa. El brillo eléctrico de la televisión me permite ver a John en la cama que hay al lado, tiene la piel pálida como las blancas sábanas y las mejillas de un flamante rojo por la fiebre. Tiene los ojos firmemente cerrados y respira por la boca con un leve resuello. Tohr está a su derecha recostado sobre el cabecero. El amplio cuerpo de Hermano hace que John parezca un niño de 2 años. El brazo de Tohr está extendido y John se acurruca contra él.
Tohr: (inclina la cabeza y le sopla un beso a su Shellan). No muy bien. Creo que tiene fiebre alta. (mientras en la televisión Gozilla suelta un rugido y empieza a destruir edificios, algo parecido a lo que los virus están haciendo en el interior de John).
Wellsie: (deja el cuenco y se inclina sobre Tohr). ¿John?.
John abre los ojos e intente sentarse, pero Wellsie le pone las manos en las mejillas y le dice que se quede quieto. Mientras ella habla con John quedamente, Tohr se inclina hacia delante y pone la cabeza sobre su hombro. Está exhausto, me imagino que sin duda ha estado levantado y preocupado por John.
Mirándolos a los 3 me siento feliz por John, pero también un poco impresionada. No es difícil imaginármelo en su decrépito estudio, en aquel edificio infestado de ratas, enfermo y sólo. Los ¿y si…? Eran demasiado inquietantes. Para evitar que mi cabeza siga dando vueltas, me fijo en Tohr y Wellsie y en el hecho de que John es ahora parte de una familia.
Después de un instante Wellsie se sienta cerca de John, que le hizo un sitio recogiendo sus piernas. Su mano libre, la que John no tiene agarrada, va directamente hacia su vientre.
Wellsie: (sacude la cabeza). Voy a llamar a Havers
Tohr: ¿No deberíamos llevarle?
Wellsie: Depende de lo que digan en la clínica.
Tohr: El Range Rover tiene las cadenas puestas, en cuanto me lo digas me pongo al volante.
Wellsie: (le da unas palmaditas en la pierna y se pone de pie) Precisamente por eso me vinculé contigo.
Wellsie sale y yo me apoyo en el marco de la puerta sintiéndome como una intrusa Dios! Tengo toda clase de preguntas para Tohr, pero ninguna de ellas importa ahora.
J R: Debo marcharme
Thor: (frotándose los ojos) Si, probablemente. Siento todo esto.
J R: Por favor, no tiene importancia. Tenéis que cuidarle.
Thor: (mirando a John) si, es verdad.
Wellsie: Regresa, el diagnóstico del doctor es que John tiene que ingresar en la clínica. Llamaron a Fritz para que me recogiera pero como volver iba a llevarle bastante tiempo, me dijeron que cerrara la casa cuando me marchara. Seguí a Tohr que llevaba a John en los brazos por el Hall, atravesando el cuarto de estar y saliendo por la cocina. En lugar de ponerle una chaqueta. John esta envuelto en el edredón y lleva puestos en los pies unos mocasines L L Bean como los que me habían prestado, solo que más pequeños.
Wellsie ya estaba en la parte trasera del Range Rover con el cinturón puesto y cuando Tohr dejó a John en su regazo le acunó. Me miró por la ventanilla cuando se cerró la puerta con la cara y el pelo rojo oscurecidos por el reflejo de la pared del garaje que había detrás de mí. Nuestros ojos se encontraron y levantó una mano. Le devolví el saludo.
Thor: (hacia mi) ¿Estarás bien aquí? Sabes como encontrarme.
J R: Estaré bien.
Thor: Sírvete lo que quieras del frigorífico. El mando de la tele está debajo de mi silla.
J R: Vale, conduce con cuidado y hazme saber como sigue.
Thor: Lo haremos
Thor puso la amplia palma de su mano en mi hombro un momento, después se puso al volante, metió marcha atrás y se adentró en la tormenta. Las cadenas sonaron en el hormigón del suelo del garaje hasta que llegaron al borde nevado y todo lo que oí fue el crujido de millones de pequeños copos aplastados bajo las ruedas y el profundo rugido del motor.
Thor giró y salió cerrando la puerta del garaje con el mando a distancia. Al cerrarse los paneles tuve una última imagen del Range Rover con las luces traseras llameando rojas a través de las nubes de nieve.
Regresé a la casa y cerré la puerta. Escuché.
El silencio era aterrador. No porque pensara que hubiera alguien en la casa, sino por la gente que debería estar aquí y se había marchado.
Volví a la sala de estar y me senté sobre uno de los sillones tapizados en seda esperando junto a la ventana como si al ser capaz de ver a Fritz le hiciera venir antes. Tenía el abrigo en el regazo y me había puesto las botas.
Pareció que pasaran 2 años antes de que viera el Mercedes enfilar la calle, me levanté y fui hacia la puerta como me habían dicho y salí. Me di la vuelta para cerrar y miré el horno donde Wellsie había estado cocinando hacía una media hora. El cuenco con el arroz de John estaba donde lo había dejado y también la cuchara.
Seguro que en una noche normal, nunca lo hubiera dejado así. Wellsie manejaba el barco con mano de hierro.
Le hice una seña a Fritz indicándole que necesitaba un segundo y volví corriendo a la cocina, limpié el cuenco, la cuchara y los puse a secar en el fregadero porque no sabía donde colocarlos. Esta vez cuando salí por la puerta principal, cerré. Después de cerciorarme de que lo había hecho bien, corrí por la nieve hacia el sedan. Fritz rodeó el coche y me abrió la puerta. Y antes de deslizarme dentro, miré hacia la casa. El resplandor de las ventanas ya no parecía tan acogedor. Ahora me parecía lastimoso. La casa esperaba que regresaran y así volvería a ser un refugio más que un objeto inanimado. ¿Sin su gente?, era meramente un museo lleno de artefactos.
Me senté en la parte de atrás del sedan y el mayordomo nos condujo hacia la tormenta. Conducía con cuidado. Como Tohr
Posteado por J R Ward el 29-08-2008
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